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Revista Digital de Tecnologías de la Información y Comunicación. Vol. 2, No. 1. Trimestre enero-marzo de 2006 |
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“Historia, economía y política en la relación Estado y Sindicato de Maestros en México”. Dr. Carlos E. Massé Narváez (CEU - UAEM). ( cmasse@cmq.edu.mx) |
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Abstrac First they expose the discussion about the magisterial problem, with emphasis in the labor relations; as well as the methodologic bases theoretical used in the analysis between State and Union, which implicitly agree with a dialectic process between consensus and coaction. It is in this frame that the Mexican State implemented the norm of the labor relations with the workers who would toil in him. Finally, the institutional configuration of the corporative structure is exposed, the one of the National Union of Workers of the Education; happening through a brief critical characterization of the Federation of Unions of Workers to the Service of Estado (FSTSE); emergency of the movement, which we detected by hemerográficas sources in the Country of Chiapas (to vary). Immediately we reviewed as one went away expanding this movement, which left from the periphery for the center of the Republic; finally to culminate -- momentarily --, with the well-known "negotiation of February" of 1981, like historical example of the movements of teachers in Mexico; towards it to finish explaining this brief economic history? policy of the Mexican teaching.
Hubo consenso en el seno del Estado en el inicio de la institucionalización de las relaciones laborales (como relaciones corporativas) para normar la vida de los sindicatos emergentes, el proceso práctico-vital de dichas relaciones, adquirió sus propios matices. La relación que se estableció entre la burocracia política y la burocracia sindical, fueron configurando dos esferas de conflicto permanente a las que puede denominarse estructurales. Por un lado, el conflicto interburocrático entre la SEP y la cúpula del SNTE; por otro lado, el conflicto entre éste binomio institucional y los profesores inconformes. En este planteamiento, la resolución del problema gira en torno a dos ejes que se alternan: en algunas ocasiones, a través del binomio coerción-represión; y en otras, por medio de la concertación con el fin de avanzar en la construcción de nuevos consensos, que permitan un clima de paz social en apariencia armónico. 1) Las corporaciones pueden regular el conflicto de clases en la sociedad; Estos aspectos en su conjunto, contribuyen de manera significativa al sostén del modelo económico, pues al intervenir en la política económica, el control corporativo de la sociedad civil resulta muy favorable para la subsistencia del capitalismo. Razón por la cual no es extraño que en el mundo moderno, fuertes tendencias se orientaron a establecer regímenes autoritarios en diversas partes del orbe. Como resultado, puede verse en el corporativismo una variante de la dominación autoritaria. Desde la perspectiva de lo que podríamos llamar una "sociología de las relaciones laborales", encontramos tres perspectivas diversas. Por un lado, el denominado "pluralismo societalista" en el cual, por sistema de relaciones laborales debe entenderse, el conjunto de normas que regulan la actividad productiva y que son elaboradas por las complejas intenciones de sindicatos (cuya intención de representatividad es falseada), empresas y agencias gubernamentales. Esta perspectiva pretendía una negociación colectiva en términos de "relaciones humanas". Sin embargo, como hemos visto, la gestación de los estados nacionales latinoamericanos surgió en un contexto geopolítico específico que ha asignado roles específicos al modelo económico escogido y a su necesidad de control político. Necesidad que requirió a su vez, de la adopción de un modelo más ad hoc a la inclusión de las masas al juego político, sin que ello significara, dejarles en entera libertad de presionar al Estado. Retomando las propuestas explicativas teóricas, observamos que hace tiempo, algunos estudiosos del llamado "pluralismo societalista"(Blasco: 1979; 156) conceptuaban las relaciones laborales en América Latina como orientados a una condición "madura" de la negociación colectiva, definida como un conjunto de normas de negociación, de carácter privado, que normarían con autonomía el proceso del trabajo. Consideramos que en México esto no pudo se pudo dar, pues la naturaleza de las relaciones laborales no surgió de manera técnica, ni económica, y sólo en muy contados casos y momentos han existido relaciones relativamente autónomas, sino de base más bien política, estatista. Como se mencionó, hubo consenso al interior de la cúpula de mando en el Estado, al legislar sobre el particular para la organización de la clase trabajadora cerrando toda posibilidad de organización autónoma y desradicalizando con ello el problema de la contradicción entre las clases sociales, institucionalizando el conflicto del trabajo, negando toda posibilidad de negociación colectiva en sentido amplio. Al respecto, tres aspectos de vital importancia son señalados: "a) Su facultad --la del Estado-- para interpretar la legislación laboral que, desde su formulación en el Artículo 123 Constitucional, y más tarde en la ley federal del trabajo de 1931, tiene una redacción flexible que permite gran libertad en su interpretación por parte de las autoridades laborales". Con lo cual puede favorecer o perjudicar a los trabajadores; "b) Su facultad de árbitro de las relaciones obrero patronales, definido constitucionalmente, y como responsable de la política macroeconómica, le permite, por medio de la política económica, definir el reparto de los recursos públicos, de las prestaciones sociales y privadas y de las tasas de remuneración, lo cual se puede traducir en premios o en castigos para las distintas organizaciones sindicales y sus bases; c) el control de las decisiones político-electorales dentro del PRI, que determina quién concurre como candidato y quién gana, representa un recurso formidable para regular el acceso al sistema político o a la marginación del mismo de ciertos grupos o líderes, tanto en el nivel nacional como en los estados y municipios. Asimismo, el control de partido le posibilita regular el poder de las corporaciones dentro del mismo" (Durand: 1994; 29). Si bien para los trabajadores involucrados directamente en el proceso productivo y en especial para los trabajadores del sector privado, el Estado se reserva el derecho de ser árbitro o mediador del conflicto; para los trabajadores del mismo Estado, se reserva el derecho de ser árbitro y patrón, de juez y parte. En esto radica fundamentalmente, la potencialidad de su autoritarismo. Otro fundamento es, según Weber, el uso legítimo de la fuerza pública (la que en nuestro país le otorga la constitución al titular del ejecutivo federal), cuando considere amenazada la paz social o la seguridad nacional. Otra perspectiva que surgió del análisis de las relaciones laborales, condujo al "Pluralismo Estatalista", haciendo énfasis en un tipo de politización de las relaciones laborales. Esta perspectiva conceptuaba a las relaciones laborales en términos de un sistema de negociación tripartita, en donde el Estado juega el papel principal. Prácticamente lo producido por el sistema de relaciones laborales, era básicamente el resultado de una interacción entre Estado y movimiento obrero, en donde según esta perspectiva, el movimiento obrero tiene una capacidad de desestabilizadora violencia, y su práctica o amenaza, sería su arma más eficaz de negociación. La evolución del análisis de las relaciones laborales nos sirve para apreciar la transición de la perspectiva "pluralista estatalista" al corporativismo, base del autoritarismo. Si bien el autoritarismo puede acrecentarse, se conservan algunos rasgos de pluralismo estatalista. No obstante, en la perspectiva corporativa se pone de manifiesto la evolución del Estado en cuanto a la ingerencia de éste en el conflicto del trabajo a través de los sindicatos, disminuyendo con ello, el potencial desestabilizador que le adjudicaba aquélla perspectiva. Este planteamiento teórico, es aprovechado en el plano de la realidad para tomar decisiones del más alto nivel con implicaciones de política económica de vital importancia. De estas, controla directamente muchas de las condiciones de trabajo más importantes como son: los sueldos, horas extras, duración de las vacaciones y los feriados, indemnizaciones, planes sanitarios, jubilación, etc.; políticas que en última instancia benefician a los patrones. Los líderes del sindicalismo oficial aceptan ser cooptados, con fines de mantenimiento del control de los trabajadores por un lado; y por otro, para la obtención de prebendas en la esfera política Además, desde la política económica, se controla la política de importaciones, la política impositiva, la inflacionaria y la anti-inflacionaria, las que están en poder del gobierno. Y teniendo éstas un efecto directo en el nivel de vida de los trabajadores, éstos tratan de ejercer una influencia --a través de los movimientos de lucha--, en las decisiones del gobierno sobre el particular. Los trabajadores para proteger y aumentar su nivel de vida, se vuelven hacia la política, para intentar hacer más democrática la toma de decisiones que ha de representar sus intereses. No obstante, aun cuando los salarios se fijan mediante la negociación colectiva y esta aparece como importante, dicha apariencia es casi siempre ilusoria. En México se elaboran negociaciones colectivas, pero éstas se dan en el contexto de un sistema de conciliación y arbitraje, que es compulsivo sólo para los trabajadores. Visto así, las corporaciones son la base de un sistema autoritario de Estado en el cual la representación de intereses es estructurada, controlada y subsidiada por el Estado. Este enfoque sitúa en el centro del análisis al mismo Estado, subrayando las estructuras institucionales donde se desenvuelven las relaciones laborales y muestra el impacto de dichas estructuras y mecanismos gubernamentales que relacionan al Estado y los trabajadores (en nuestro caso de estudio, contenidos en el apartado B del artículo 123 constitucional). En esta perspectiva el sindicato queda imposibilitado de desarrollar su actividad reivindicativa, y estabilizado económicamente por mecanismos gubernamentales, pasa a desempeñar funciones de agencia paraestatal. Aunque visto así, el corporativismo es un sistema de tipo político que atomiza a los grupos sociales políticamente importantes en instituciones para su control. Este consiste primeramente en la fragmentación de la gran masa de la población en instituciones con normas establecidas por el mismo Estado, legitimando así dichas normas a través del Estado de Derecho y Constitucional. Normas cuya violación permite, hacer uso --en última instancia-- de la fuerza pública para recuperar el quehacer institucional, fortaleciendo de paso el papel del Estado. Este sistema tiene su base en cuatro grandes mecanismos gubernamentales que son : Esta última categoría de análisis, cobró realidad en estudios similares al nuestro: "El gobierno usó todo su aparato para enfrentar al movimiento, sólo que en las dos primeras etapas quienes fueron los ejecutores de su política son la SEP y el SNTE, ...Cuando avanza más el movimiento y se vuelve peligrosamente a hacer confluir el descontento de otros sectores de la población el gobierno recurre a la represión violenta, se asesina a un profesor y a un padre de familia, se desaloja a 35 000 maestros de las calles de la SEP y el SNTE y la policía judicial toma las escuelas en huelga en el caso de guerrero" (Arriaga: 91; 87). Es importante destacar que estos mecanismos se presentan en la realidad social en muchas ocasiones coincidentemente, es decir, no hay ninguna rigidez en su instrumentación por parte del Estado. Por lo tanto, nos adherimos --nunca incondicionalmente-- a las teorías que conciben al Estado mexicano como autoritario. De ahí que mientras no exista una verdadera transición a la democracia en el país, sostendremos la siguiente hipótesis: la lucha por la democratización en este país y no sólo la del SNTE está limitada en gran medida por el control que se ejerce en todos los sindicatos de trabajadores tanto del Estado o servidores públicos, como los que prestan su servicio al sector privado (contenidos en el apartado "A" del Artículo 123 Constitucional), por ser la base de estabilidad política del sistema, la cual a su vez sostiene al modelo de acumulación en México. No tendría mucho sentido si sólo se intentara probar la suposición planteada. Ni tampoco sería el caso, adherirse sin más al principio cuasi-indiscutible de la determinación del Estado sobre el conjunto de la clase trabajadora. Dicha determinación impide visualizar una dinámica de la cotidianeidad en la micro-dimensión de ese complejo conjunto de relaciones. De ahí que lo interesante de estudiar es esa dialéctica de la multiplicidad de relaciones y determinaciones entre las instituciones involucradas y las posiciones y acciones de los diversos actores sociales también implícitos en el proceso de lucha abierta que representa el movimiento magisterial.
Al inicio del trabajo se ha dicho, que el conflicto que desata el movimiento magisterial se da entre la burocracia política (SEP y otras) y la burocracia sindical magisterial frente a los maestros disidentes; vinculado a esto se encuentra la forma que adquieren las estructuras corporativas de control de las masas, las que adquieren la forma de grandes corporaciones. Por ello, se hace a continuación un esbozo del significado de la burocracia en general y de la burocracia sindical en particular. La necesidad del control político para garantizar el "despegue económico", llevó a desarrollar en nuestro país, estructuras burocráticas que consolidaron el poder en las cúpulas de los sindicatos, manteniendo en aquellas los grupos de poder. Esto dio motivo a que se delegaran las funciones aparentemente representativas de la masa en unas cuantas manos, para que los líderes llevaran supuestamente a la práctica la voluntad colectiva, pero ellos se liberan pronto de la masa y se hacen independientes de su control. Esto lleva implícito una tendencia de la organización a la oligarquía, pues los mismos mecanismos verticales en la toma de decisiones le dan solidez a la organización y controlan a la masa, convirtiéndola (por lo general) de conductora a conducida. Con estos planteamientos no se quiere decir que la lucha de los trabajadores de la educación es en vano debido a la notoria desigualdad de fuerzas entre ambas, --por un lado, una organización poderosa como es la burocracia del SNTE y su vínculo con el Estado, y por otro, un movimiento que surge espontáneo y sin organización al principio--. Esto es así porque además de la dificultad para consolidarlo, tiene que enfrentar también a una buena parte de la burocracia política (SEP), Secretaría de Programación y Presupuesto (SPP), Secretaría de Gobernación (SGOB),la policía y al mismo titular del Poder Ejecutivo. Esto refleja, en el caso que tratamos, lo que en verdad son los derechos de los trabajadores del apartado "B", que se podrían traducir como sigue: un sólo sindicato por dependencia (quiere decir), la afiliación forzosa al sindicato oficialista. Por otro lado, los sindicatos podrán ‑léase deberán‑ adherirse a la Federación de Sindicatos de Trabajadores al Servicio del Estado (FSTSE), pero no a otras centrales obreras o campesinas pues de lo contrario sería un riesgo que podría poner en grave peligro la estabilidad del sistema político mexicano, con base en posibles coaliciones que darían por resultado grandes conglomerados de trabajadores organizados (Reséndiz: 92; 44). Por ello la FSTSE es creada, mas con propósitos de control, que de representación. Para ejemplificar lo anterior recordemos el discurso del secretario general durante el congreso de la FSTSE celebrado en marzo de 1974, quien reconocía como "logros" obtenidos el otorgamiento de sobresueldos a 200,000 trabajadores. Esto, que se puede encontrar en otros ejemplos, según Sirvent permite la negociación de privilegios para los líderes, pues segun Sirvent: "a cambio de la burocracia política en manos del régimen" particularmente útil en las grandes movilizaciones y en las tareas políticas de la Confederación Nacional de Organizaciones Populares (CNOP), estableciéndose como "columnas permanentes de la alianza popular de la revolución" (77: 17.) Y añade que: Por otro lado, sobre las negociaciones generales de los obreros por aumento de salarios, señala el autor que: "El primero de septiembre del mismo año, durante el cuarto informe de gobierno, el Presidente de la República estableció su posición de fijar un aumento salarial para la burocracia que la FSTSE aceptó. De esta manera, los sindicatos obreros de las empresas privadas y públicas fueron llevados a negociar y, a aceptar el aumento propuesto por el Gobierno, que era menor al que ellos habían solicitado" (Ibidem.). Además de toda esta compleja red de relaciones de poder que pesan sobre los trabajadores al servicio del Estado, la afiliación al SNTE se daba concomitantemente al ingreso de un nuevo trabajador a la SEP. Comúnmente, desde que un profesor de primaria estaba por concluir su carrera, al tramitar su plaza de base y firmar documentos de incorporación a la SHCP y a la SEP, también firmaba su afiliación al SNTE; es más se le da prioridad a ésta para que se pueda tramitar todo lo demás. Por todo lo anterior, la dirigencia del Sindicato Magisterial ha sido muy codiciada, ejemplo de ello es que el 22 de septiembre de 1972 fue tomado por la fuerza el local del SNTE por un grupo que encabezaba Carlos Jongitud Barrios y Eloy Benavides, quienes poco antes habían desconocido al secretario general Carlos Olmos. Sin embargo no es hasta el X Congreso Nacional, de la Paz, B. C., que el grupo de Jongitud consolida su poder hegemónico. Con el ascenso de este grupo se inicia una nueva época de charrismo en el SNTE, nueva, porque surge "Vanguardia Revolucionaria", instrumento ideológico‑político de control sindical al servicio de un grupo apoyado en la burocracia subordinada a sus intereses y apoyada también en una compleja red de aparatos y mecanismos burocráticos, que se puso al servicio del Estado para obtener prebendas políticas al interior del sistema (senadurías, gubernaturas, etc.), mediante limitar y controlar con la rigidez que ameritaba, el agotamiento del modelo que dio origen al calificativo de "milagro mexicano", por sus índices alcanzados en la economía en la época del "desarrollo estabilizador". Dicha rigidez atacó con mayor rigor la participación democrática de las bases. Esperando haber reseñado, interpretando, el marco histórico, económico y político en el que se han desenvuelto las luchas magisteriales en el SNTE; pasaremos, igualmente a reseñar sucintamente, el caso de un movimiento magisterial.
Conclusión y brevísimo ejemplo con base en el movimiento de maestros entre 1979 y 1981.
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